viernes, 26 de octubre de 2018

Roncesvalles, Pirineos Atlanticos, Landas, Valle de Aspe

¡Hola amigos!

Nos ponemos en marcha de nuevo para disfrutar de unas merecidas vacaciones que se han hecho esperar.

En esta ocasión nos dirigimos al País Vasco-Francés y Las Landas haciendo una primera parada en Roncesvalles.

Roncesvalles es un bello paraje forestal ubicado en el Pirineo Navarro a 47 kms de Pamplona y a los pies del puerto de Ibañeta. Constituye el punto mayoritariamente elegido por los peregrinos para iniciar el Camino de Santiago en España.

Justo detrás de la Colegiata encontramos un amplio parking en el que existen delimitadas varias plazas para autocaravanas.


El lugar está impregnado de ese ambiente de peregrinación y envuelto en el halo legendario de la famosa batalla que tuvo lugar aquí en el año 778.

Empedradas vías comunican la austera iglesia gótica de Santiago, el antiguo molino, el hospital de peregrinos, la iglesia del Espíritu Santo y el Silo de Carlomagno.












Al día siguiente y con punto de partida en el mismo aparcamiento, disfrutamos de un bonito paseo circular por el bosque de Basajaunberro antes de emprender la marcha hacia Francia.
El recorrido no tiene ninguna dificultad y nos permite disfrutar de la belleza particular que nos regala el otoño.








Éste roble recibe el nombre de "Barrigón". Salta a la vista el porqué...











La cruz de los peregrinos a pie de carretera.



Nuestro siguiente destino ya en territorio francés es Saint Jean Pied de Port donde encontramos mezclados el sabor medieval con el cosmopolitismo moderno del turismo.

Es una de las poblaciones con más encanto del País Vasco Francés. Se trata de un lugar muy turístico cuya calle principal está repleta de alojamientos para peregrinos: casas de baja altura en las que predomina el blanco y rojo, zapatos colgados encima de una puerta, habitaciones en alquiler...
También en la misma calle se encuentra la Prisión de los Obispos que funcionó hasta finales del siglo XIX.

En lo alto se encuentra la Ciudadela, construida en el lugar donde se encontraba el antiguo castillo de los reyes de Navarra y que hoy en día alberga un colegio público.

Interesante también el paseo por el "chemin de ronde" situado junto a la puerta de Saint-Jacques que va bordeando el casco antiguo por la muralla.

Las calles empedradas y el río Nive mezclándose con las casas de colores forman una fotografía preciosa que os animamos a comprobar por vosotros mismos.



























De allí nos dirigimos a visitar otros dos pueblos característicos de esta región: Espelette y Ainhoa.

En Espelette nos encontramos el aparcamiento de autocaravanas muy concurrido por lo que hicimos "trampa" y aparcamos en una plaza de autobús dado que ibamos a detenernos poco tiempo.



Espelette proviene del topónimo en euskera Ezpeleta que significa "bojedal". Destaca por ser un centro de producción de pimientos de calidad y por la cría de caballos de la raza pottoka.

El proceso de secado de los pimientos favorece las características escenas de largas guirnaldas expuestas sobre las fachadas y balcones de numerosas casas de la localidad.






En Francia, el Tour se vive como una gran fiesta nacional. La edición de este año tuvo una etapa con final en Espelette y en numerosos comercios podemos ver simpáticas referencias a tal evento.







Galardonada por su belleza y atractivo turístico por la asociación "Les plus beaux villages de France", Ainhoa, posee un rico patrimonio como resultado de su posición en el Camino de Santiago francés y en la vía de Baztán.







Para el día siguiente tenemos planeado visitar San Juan de Luz y Biarritz. Antes de cambiar el interior por la costa nos detenemos en la localidad de Sare, conocida por sus cuevas y por ser punto de partida del famoso tren de La Rhune.

A las afueras cuenta con un área de autocaravanas donde nos detenemos a cenar y descansar para afrontar la siguiente jornada.




Por la mañana temprano y a pesar de unos momentos de tensión por no encontrar sitio para aparcar, finalmente conseguimos estacionar en una zona residencial y comenzamos nuestra visita a San Juan de Luz.

San Juan de Luz tiene un fuerte pasado histórico marinero y, a su vez, es una de las localidades con más historia turística de Francia.

Al llegar al Paseo Jacques Thibaud se abre una extensa playa protegida por los acantilados de Sokoa y Sainte Barbe donde se disfrutan bonitas vistas a Hondarribia y otras localidades cercanas.
Recorriendo el paseo vemos los antiguos baños, mansiones con entrada y escalera directa a la playa y La Pérgola, el símbolo del turismo aristocrático de principios del siglo XX y que hoy alberga un casino.

Por el interior merece la pena pasear por la frecuentada rue Gambetta donde se articula la actividad comercial de la ciudad y desde la que se accede también a la Iglesia de San Juan Bautista.




























Desde San Juan de Luz tomamos la carretera de la costa y tras atravesar las localidades de Guétary y Bidart llegamos a Biarritz, donde estacionamos la autocaravana en el área municipal. Aquí pasaremos el resto del día y haremos noche.
En el área existe la posibilidad de conectarse a la red eléctrica pero para nuestra sorpresa nos encontramos que es necesario un adaptador de 220V a 6A así que para la próxima vez que vengamos a Francia habrá que incorporarlo al equipaje.

En Biarritz encontramos una curiosa mezcla. La ciudad está formada en su mayoría por casas burguesas y mansiones, utilizadas por los más adinerados como casas de veraneo. Ese toque de lujo se equilibra con la cultura surfera, más relajada y despreocupada, la cual cuenta además con una larga tradición en Biarritz.
Aunque no está comprobado, se dice que la introducción del surf en Europa tuvo lugar en 1957 en la playa Côte des Basques.







































Por la tarde hemos disfrutado de un relajante paseo por la playa de Milady a la que puede accederse directamente desde el área de autocaravanas.











Para mañana tenemos previsto seguir en dirección norte y adentrarnos en Las Landas.

Paraíso de los surfistas y destino turístico por excelencia, las Landas conjugan los placeres del mar con los atractivos naturales del bosque y los estanques, constituyendo un lugar ideal para desconectar y realizar actividades en plena naturaleza.

Realizamos nuestra primera parada en Vieux-Boucau-Les-Bains, más concretamente en el lago marino de Port d'Álbret de 60 hectáreas, en medio del cual se extiende una isla boscosa poblada por muchas especies de aves.
Los amantes del deporte al aire libre tienen en este lugar una gran variedad de opciones: surf, piragüismo, stand up paddle, pesca, minigolf o excursiones en bicicleta se pueden practicar aquí.




























El área de autocaravanas en una ubicación privilegiada y muy animada para las fechas en las que nos encontramos.



El tiempo nos está acompañando. Tocamos madera...













Continuamos nuestro viaje acompañados por una intensa niebla y llegamos a Gastes, donde encontramos otra magnífica área de autocaravanas situada junto al puerto deportivo y también muy concurrida.








A mediodía la niebla desaparece y se queda un día espectacular que aprovechamos para pasear bordeando el lago y adentrándonos en el bosque colindante donde se pueden observar diversas especies de animales en semi-libertad y tomar numerosas fotos.









































Continuando nuestro viaje hacia el norte llegamos a Biscarrosse. Nos dirigimos directamente al parking de la playa de Vivier situado en el interior de un bosque y a escasos metros de una kilométrica playa.
Un paraje espectacular donde pasaremos el día y pernoctaremos antes de la visita más esperada del viaje: la duna de Pilat.




























Hoy es el día. La Gran Duna de Pilat nos espera. Nos levantamos temprano y tras realizar los menesteres propios que exige una autocaravana nos ponemos en marcha con el sol que sigue acompañándonos un día más.
Tras media hora de viaje llegamos al aparcamiento de pago en el que todavía no hay mucho movimiento.


La Gran Duna de Pilat es uno de los espacios naturales protegidos más visitados de Francia. Se trata de una enorme formación de arena natural costera acumulada en el litoral aquitano del golfo de Vizcaya en la entrada de la bahía de Arcachon.
Tanto su geomorfología como su posición se encuentran en permanente evolución y desplazamiento desde su génesis, estimada hace varios miles de años.
Su increíble tamaño, un ambiente fascinante y las impresionantes vistas desde su cima aportan una sensación de inmensidad y libertad inigualable.















Tras una visita que ha cumplido con creces las expectativas continuamos nuestro viaje bordeando la bahía de Arcachon hasta llegar a la Playa de La Pointe en Cap Ferret.

El cabo Ferret forma un cordón o península litoral que separa el océano Atlántico y la bahía de Arcachon. Famoso por su faro, se trata de un lugar vacacional y turístico que ha sabido conservar su hábitat natural paisajístico.













Al fondo la Duna de Pilat. Realmente espectacular.



















Y aquí termina el "viaje de ida". Por la tarde comenzaremos ya a volver sobre nuestros pasos, no sin antes detenernos en otros lugares que nos hemos ido saltando para así hacer el viaje de vuelta más llevadero.

Desde Cap Ferret retornamos por la carretera que bordea la bahía de Arcachon unos 65 kilómetros  y nos acercamos hasta la reserva ornitológica de Le Teich.

Le Teich es una pequeña población de unos 5000 habitantes que forma parte de la aglomeración urbana de Arcachon.


En la reserva ornitológica existen habilitadas plazas de aparcamiento gratuitas para autocaravanas. Estacionamos en uno de los escasos huecos disponibles y aquí pasaremos la noche. Para mañana aprovecharemos el buen tiempo previsto y recorreremos alguno de los senderos que parten desde aquí y recorren el delta de L'Eyre.










Las previsiones eran acertadas y ha salido un día espectacular. Desde el parking hemos tomado el sendero para peatones y ciclistas que va bordeando la reserva ornitológica por un lado y el delta de L'Eyre por el otro y se nos ha pasado la mañana casi sin darnos cuenta.




































Volviendo sobre nuestros pasos hemos llegado de nuevo a la autocaravana y hemos preparado la comida. Tras una breve siesta hemos recogido todo y hemos emprendido el camino de regreso a España.

Para no hacerlo de tirón y porque no tenemos ganas de que se termine el viaje, haremos una última parada en el área de camping y autocaravanas de Plateau de Lhers, en el valle de Aspe.

Tras unos 250 kms en algo más de 3 horas hemos llegado cuando ya se estaba haciendo de noche. El paraje no puede ser más idílico, rodeados de montañas y con el único sonido de los cencerros de las vacas que hay pastando en los alrededores.

El área cuenta con servicios para autocaravanas pero también hay una zona de acampada libre y albergue con venta de bebidas y comida.

Preparamos la cena y a descansar para coger fuerzas de cara a la última excursión.

Amanecer de ensueño y el buen tiempo que nos sigue acompañando por octavo día consecutivo.






Para despedir las vacaciones realizaremos una sencilla ruta de 12 kilómetros (ida y vuelta) que nos lleva por el sendero GR-10 hasta el precioso pueblo de Lescun.

Emplazado a unos 900 metros de altura, Lescun regala uno de los paisajes más impactantes del valle de Aspe: el Circo de Lescun, una depresión rodeada por espectaculares picos que sobrepasan los 2000 metros.
El pueblo, que conserva la entrañable arquitectura montañesa típica de la zona, está emplazado en medio de preciosos prados de altura salpicados de arroyos y rústicas bordas y limitados por grandes bosques de hayas.
Desde Lescun parten numerosas rutas que nos llevarán al corazón de las montañas que rodean al Valle de Aspe.
























En nuestro caso, damos un pequeño paseo por sus empinadas calles y regresamos por el mismo camino para poner punto y final a ocho días maravillosos de turismo rodeados de naturaleza.







































Esperamos que os hayan gustado las fotos y el relato. ¡Hasta muy pronto!