jueves, 6 de junio de 2019

Valle de Aosta

Saludos amigos. Comenzamos el que va a ser nuestro viaje en autocaravana más largo hasta la fecha tanto por distancia recorrida como por los días que vamos a emplear.

La intención es visitar parte de los Alpes Franceses que no conocemos, la orilla francesa del Lago Leman, y el valle de Aosta en el noroeste de Italia. De vuelta improvisaremos alguna parada para no hacerlo del tirón.

Como podéis imaginar, el desplazamiento en autocaravana no es tan ágil como con un turismo así que nos lo tomaremos con calma.



Primera etapa para "arañar kilómetros" que nos lleva desde Zaragoza hasta el área de autocaravanas de Casteil, municipio francés en los Pirineos Orientales donde pasamos la primera noche.


A la mañana siguiente desde Casteil nos dirigimos por autopista luchando contra fuertes rachas de viento a uno de los lugares más visitados de Francia: el Pont du Gard.


El Pont du Gard es un acueducto construido por el Imperio Romano situado junto a Remoulins, en el departamento de Gard. Formaba parte del acueducto de Nimes, una construcción hidráulica por gravedad de 50 kms de longitud que llevaba el agua desde un manantial en Uzès a la colonia romana de Nemausus (Nimes).

Construido en 3 niveles, el puente tiene 49 metros de alto y el nivel más largo tiene 275 metros de longitud. Desde 1985 está registrado como Patrimonio de la Humanidad.

Os recomendamos estacionar vuestro vehículo en uno de los dos parkings habilitados (uno a cada lado del río) y desde allí acceder al monumento (9,5 euros por persona). La visita puede ampliarse realizando un bonito paseo por los bosques colindantes o accediendo al museo que hay junto a la entrada.


















Una vez concluida la visita nos dirigimos a Roque-sur-Cèze, población situada a escasos 40 kms y que desde 2007 está incluida en la lista de "Les Plus Beaux Villages de France". Estacionamos La Bicharraca en el área de autocaravanas y nos ponemos cómodos para coger fuerzas de cara a la visita de mañana.




Roque-sur-Cèze y Cascadas de Sautadet

La Roque-sur-Cèze es un pueblo medieval considerado uno de los más bellos de Francia, tanto por su situación en lo alto de una colina de roca calcárea de cinco millones de años, por su casco antiguo con sus calles adoquinadas, casas de piedra, el castillo del s.XII y la iglesia, como por su entorno natural, los viñedos, la garriga y las espectaculares Cascadas de Sautadet. Juzgad vosotros mismos...























Una vez concluida la visita nos ponemos en marcha de nuevo. Nuestro siguiente destino: El Lac de Roselend.


El Lac de Roselend y su presa se sitúan en el Departamento de Saboya, en las proximidades del puerto de Cormet de Roselend y de la estación de esquí de Arêches-Beaufort. Se halla rodeado por montañas que alcanzan los 2800 metros de altitud. Poco antes de llegar a la presa existe un aparcamiento donde junto a otras dos autocaravanas pasaremos la noche antes de visitar este maravilloso lugar.






Nos levantamos temprano y después del desayuno y unas cuantas fotos nos acercamos hasta la presa.















Desde allí continuamos ascenciendo por la carretera hasta alcanzar el Col du Pré, lugar desde el que pueden realizarse innumerables rutas de senderismo.


























Después de un paseo por el bosque y volviendo sobre nuestros pasos nos ponemos en marcha y tras subir y bajar unos cuantos puertos de montaña (de esos que no hace tanto subía con la bici) llegamos a Yvoire, en la orilla francesa del Lago Leman.










Yvoire es la más pequeña, encantadora y pintoresca ciudad medieval a orillas del Lago Leman. Está en tan buen estado y tiene una ubicación tan especial y bucólica que no os querréis marchar.

Aparte de su Castillo, la Iglesia de San Patricio, el embarcadero y sus calles empedradas os invitamos a que visiteis una de sus atracciones "El Jardín de los Cinco Sentidos", inspirado en los jardines de la Edad Media y que cuenta con cerca de 1000 plantas y un laberinto de setos y árboles en la parte central.























































Desde Yvoire nos desplazamos para hacer noche hasta la vecina localidad de Excenevex donde en el aparcamiento de la plaza de la Iglesia está permitida la pernocta.





La mañana siguiente amanece muy lluviosa y sin visos de mejoría por lo que nos dirigimos hasta el siguiente destino esperando que el tiempo mejore a lo largo del día.


La siguiente parada ya en territorio suizo nos lleva al Lago de Emosson. Este lago situado a 1930 metros de altitud fue creado con el objetivo de cubrir las necesidades energéticas de la compañía de ferrocarriles suiza SBB. Por desgracia y a pesar de estar a finales de Mayo al llegar nos encontramos el lago totalmente congelado y muchísima nieve. De hecho nada más llegar comienza a nevar por lo que después de hacer unas cuántas fotos y dar un breve paseo decidimos continuar ruta. Habrá que volver en otra ocasión porque las fotos que habíamos visto del lago en verano son increíbles. Al menos Kenya y Arya pudieron disfrutar un poco de la nieve.















Nuestra breve incursión en territorio suizo termina antes de lo esperado y ponemos rumbo a Cannobio, en la provincia italiana de Verbania y primera población del lago Maggiore entrando desde Suiza.


La población cuenta con una magnífica área de autocaravanas a escasos 300 metros del centro en un lugar realmente agradable. Nos instalamos y a descansar que hoy hemos hecho muchos kilómetros.


La mañana siguiente la empleamos en recorrer las estrechas callejuelas de Cannobio y dar un paseo por la orilla del lago aprovechando que hoy el tiempo sí acompaña.





































Después de comer arrancamos de nuevo y el viaje nos llevará bordeando la orilla oeste del lago Maggiore hasta el lago de Orta y desde allí a Piano delle Fate, lugar donde dormiremos hoy.


Aquí voy a hacer una mención especial a Silvano, el propietario del restaurante y área de acampada que nos permitió acceder al recinto a pesar de que en esta época solo abren los fines de semana. De modo que la desilusión inicial al comprobar que estaba cerrado se transformó en una de las mejores experiencias en nuestra corta vida como autocaravanistas pudiendo disponer del área para nosotros solos. ¡Encima me invitó a una cerveza y pude practicar un poco mi oxidado italiano!













La siguiente etapa del viaje nos conduce ya al Valle de Aosta, una de las 20 regiones que conforman la República Italiana que limita al norte con Suiza, al este y sur con Piamonte y al oeste con Francia.




En nuestro caso accedemos desde el sur y la primera parada es Point Saint Martin.

Su monumento más celebre es el espectacular puente de época romana que según la leyenda fue obra del demonio, hábilmente burlado por San Martín.
Desde el puente existe un itinerario circular marcado que permite conocer los edificios más sugerentes y las mejores vistas del pueblo en una rápida visita.













Desde Point Saint Martin tomamos el desvío que nos conduce al Valle del Lys o de Gressoney. En esta zona se congregó durante más de ocho siglos la población de origen germánico Walser y su cultura sigue reflejándose aún en la arquitectura, tradiciones y en la lengua que allí se habla.

Recorremos la carretera de montaña que surca el valle deleitándonos con el paisaje hasta alcanzar Gressoney-La Trinité, último núcleo habitado del valle situado a 1627 metros de altitud.
Se trata de una estación alpina muy bien considerada a nivel internacional, formando parte de la estación de esquí Monterosa Ski, con más de 100 kms de pistas.

Llama la atención lo desangelado que está todo si lo comparas con el bullicio que debe haber en temporada de invierno.



Después de comer y una breve siesta comenzamos una excursión que, sin saberlo, va a convertirse en uno de los momentos más fascinantes del viaje.

Al llegar al final de la población a mano izquierda arranca una pista con fuerte pendiente que en menos de 3 kilómetros nos conduce a la Capilla de Santa Ana a más de 2200 metros de altitud y que fue visitada por el mismísimo Juan Pablo II. Desde allí tenemos unas impresionantes vistas del Monte Rosa y de la parte baja del valle. Pero en nuestro caso teníamos una sorpresa inesperada: una pareja de íbices (también llamadas cabras salvajes de los Alpes), especie que sólo vive en los Alpes y que durante un rato estuvo posando para nosotros sin inmutarse.















































Tras un breve refrigerio emprendemos la bajada y regresando por la misma carretera hacemos parada para pernoctar en la tranquila localidad de Issime.

Seguimos de suerte y vuelve a salir un día muy soleado así que vamos a intentar aprovecharlo. La primera parada será Donnas, concretamente en los restos que se conservan de la antigua calzada romana que se construyó para comunicar Roma con el Valle del Ródano.
En el empedrado de la calzada todavía pueden apreciarse los surcos de los carros y, un poco más allá del arco, se encuentra la columna miliaria en la que se grabó la cifra XXXVI, que indica la distancia en "milia" entre Donnas y Aosta (unos 50 kms).








A escasos 3 kilómetros encontramos nuestro siguiente destino: el imponente Fuerte de Bard.

Esta fortaleza tuvo un importante interés militar por su posición estratégica y está compuesta por tres cuerpos de obra principales.

Puede accederse desde dos recorridos peatonales (os recomendamos subir desde la parte norte y bajar por la parte sur) o a través de ascensores panorámicos.

Como curiosidad señalar que fue escenario de rodaje de una de las películas de la saga "Los Vengadores".

El fuerte fue adquirido por el gobierno autonómico del Valle de Aosta en 1990, íntegramente restaurado en 2006  y actualmente alberga varios museos y exposiciones.























Después de visitar el fuerte damos un paseo por el pueblo que se halla inmerso en los preparativos de una feria medieval este mismo fin de semana.







El próximo lugar que visitamos es el Castillo de Verrès pero la visita es más corta de lo previsto porque dentro no admiten mascotas así que hacemos unas fotos del exterior y continuamos nuestro viaje.







La idea de hoy es dormir en Breuil-Cervinia y mañana visitar el Lago Blu. Para llegar hasta allí y haciendo caso a las recomendaciones de varios foros damos un pequeño rodeo y recorremos la carretera panorámica que nos lleva hasta Saint-Vincent a través del Col de Joux.



Desde Saint-Vincent iniciamos el ascenso hasta nuestro destino a los pies del majestuoso Cervino. Al llegar sensaciones contrapuestas... No cabe duda que el entorno es grandioso y las vistas del coloso impresionan pero también es cierto que estos lugares tan explotados pierden parte de su encanto ¿no os parece?













Teníamos pensado dormir en el área de autocaravanas pero a pesar de estar ya en el primer fin de semana de Junio no hay nadie así que hacemos el vaciado y llenado de aguas y subimos hasta un parking con vistas directas a la montaña.


El día siguiente vuelve a salir soleado y caluroso así que nada más desayunar nos acercamos al Lago Blu aprovechando que es temprano y todavía no hay gente para intentar sacar unas buenas fotos.


Llamado así por el intenso color cerúleo de sus aguas, este pequeño lago ofrece unas magníficas vistas del Cervino. Su color viene dado por los minerales presentes en su fondo.















Que suerte haber podido disfrutar de un lugar tan mágico con tanta tranquilidad y con un clima tan apacible.


Desde Cervinia seguimos nuestra ruta hasta llegar a Fénis, localidad famosa por su bonito castillo que se sitúa en la margen derecha del río Dora Baltea, el principal del valle de Aosta.

El castillo se considera una de las más notables fortalezas de la región y representa perfectamente el arquetipo de castillo robusto y fantasioso, constituyendo una de las principales atracciones turísticas del valle ya que recibe más de 80.000 visitantes al año.










































La siguiente parada será el puerto (o passo en italiano) del Gran San Bernardo, a casi 2500 metros de altura.

El Puerto del Gran San Bernardo constituye una importante vía de comunicación a través de los Alpes entre Aosta (Italia) y Martigny (Suiza).

En 1035, por obra de Bernardo de Menthon se construyó sobre el paso un hospicio con el fin de asistir a los viajeros y a partir del siglo XVI, los canónigos tenían grandes perros que con el tiempo fueron conocidos como raza San Bernardo, que ayudaban en el rescate de los viajeros.

Durante los meses de verano existe la posibilidad de visitar un espacio dedicado a esta raza canina y acercarse a ellos.

Como podéis ver en las fotos a estas alturas todavía había muchísima nieve, y el lago estaba completamente helado. Los últimos 6 kms del puerto estaban cerrados al tráfico así que subimos dando un paseo durante el cual tuvimos la ocasión de ver algunas marmotas.























































De regreso a la autocaravana descendemos el puerto hasta llegar a Aosta, la capital de la región con la idea de pernoctar allí y al día siguiente dar un paseo por el centro pero al llegar al área de autocaravanas nos encontramos unos vecinos poco recomendables por lo que continuamos nuestro viaje. Nos llevamos de recuerdo una foto del arco romano de Aosta.


Ya de noche llegamos al área de autocaravanas de Cogne, dentro del Parque Nacional de Gran Paradiso. Tanto nosotros como las perricas estamos muy cansados después de un intenso día así que cenamos y a descansar.

Al día siguiente es la fiesta de la República Italiana y seguimos de suerte con la climatología. Disfrutamos de la visita a este bonito pueblo de 1400 habitantes situado a 1500 metros de altitud que en tiempos fue centro minero y en la actualidad es lugar de veraneo y esquí.

Destacamos el Prato de Sant'Orso, una amplia pradera alpina que se extiende hacia bosques de coníferas y abedules con el macizo del Gran Paradiso al fondo.





















Y llegó el momento de ir regresando a casa...

Desde Cogne volvemos hacia Aosta y tomamos la carretera que se dirige hacia el oeste con el Mont  Blanc al fondo.

Pasamos a Francia por el Puerto del Piccolo San Bernardo / Col du Petit St.Bernard (la otra opción sería por el túnel que comunica con Chamonix).

Este puerto hace de frontera entre Francia e Italia, comunicando las regiones de Saboya y Valle de Aosta alcanzando los 2.188 metros sobre el nivel del mar.

Al igual que su "hermano" el Gran San Bernardo, en la cima existe un hospicio y una estatua dedicada al patrón de los alpinistas, así como diversas alusiones a los perros de la raza San Bernardo.
La hospedería parcialmente destruida durante la Segunda Guerra Mundial nunca fue reabierta.
Como curiosidad, se dice que el general cartaginés Aníbal utilizó esta ruta.

Os dejamos unas cuantas fotos y como veréis todavía queda muchísima nieve.










































Continuamos nuestro camino hasta adentrarnos en el Parque Natural de Vercors.

Este parque, fortaleza natural de piedra caliza entre los departamentos de Drome e Isere se compone de 8 regiones naturales y se distingue por la diversidad de sus paisajes, vírgenes y grandiosos. Posee una gran biodiversidad y ofrece una amplia gama de actividades para contemplar y disfrutar de la naturaleza, desde senderismo y btt hasta emociones más fuertes como escalada, barranquismo y parapente.

Este territorio montañoso además fue un lugar destacado de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, este movimiento heroico concluyó de forma trágica en Julio de 1944 con el intenso ataque alemán contra Vercors. Varios lugares memoriales permiten al turista acercarse y comprender este oscuro período de la historia reciente.

La localidad de Lans-en-Vercors, donde realizamos nuestra parada es un buen punto de partida para conocer la zona.





















Y muy a nuestro pesar toca ir pensando en el viaje de regreso. En este caso para ganar tiempo vamos a meter bastantes kilómetros de autopista ya que hemos acabado casi mareados de tanto puerto de montaña y con algún sobresalto en algunos puntos conflictivos. A veces se nos olvida que llevamos un vehículo de más de 7 metros de largo y 3 de alto...

Hacemos casi 400 kilómetros del tirón y nos detenemos en la playa de Leucate, localidad situada en el departamento de Aude.
Damos un paseo por la playa que aprovechan Kenya y Arya para refrescarse y nos retiramos a descansar rodeados de un montón de autocaravanas de países muy diversos.













El día siguiente amanece lluvioso y decidimos tirar otro buen trecho por la autopista. La penúltima parada del viaje nos deja en el Pirineo Catalán, concretamente en el parking de autocaravanas de Vielha. Como el día no acompaña damos un breve paseo y aprovechamos la Wifi para dar los últimos retoques al blog y ver el último capítulo de "Chernobyl".












Finalmente desde Vielha ponemos rumbo a casa haciendo una breve parada para conocer Roda de Isábena, pequeño pueblo en la comarca de la Ribagorza que cuenta con Catedral a pesar de tener únicamente 52 habitantes. Además de la catedral disfrutamos recorriendo sus calles empedradas y deleitándonos con las vistas desde el Mirador de la Hospedería y la puerta de Santa Ana.






















Aquí acaba la crónica de esta primera mitad de las vacaciones de 2019. Esperamos que os haya gustado y dejad vuestros comentarios que nos hacen mucha ilusión. ¡Saludos!